«La Libertad Sin Socialismo Es Privilegio; El Socialismo Sin Libertad Es Tiranía»
El anarquismo es la filosofía política menos entendida, quizás porque ésta combate todo orden establecido que tenga estado o autoridades; sin importar quien o quienes ejerzan esos poderes represores, los cuales son nuestros enemigos, por que son enemigos de la libertad, hasta que los hallamos destruido. Los anarquistas buscan maximizar la libertad para todos. Nosotros creemos que toda la gente debe ser tan libre como sea posible para determinar sus propios destinos y actividades, sólo con los límites requeridos para el respeto de los derechos iguales de los otros. Esta libertad será actual y practica, sin obstrucciones de prohibiciones legales innecesarias. Una libertad social que permita el total desarrollo individual.
No a la autoridad, al militarismo, las clases y jerarquías. Todas las personas deben ser consideradas como iguales. Nadie tiene el derecho de esperar obediencia de los demás.
Oposición a las naciones. Como una forma coercitiva de relaciones sociales basadas en las jerarquías, las naciones oprimen y silencian a los individuos. Las estructuras nacionales deben ser destruidas en cualquier lugar donde sean reconocidas. Los nacionalismos son religiones asquerosas que no hacen más que dividir y enemistar a los pueblos para proteger los intereses de las clases privilegiadas y garantizar la división internacional del trabajo, el funcionamiento del capitalismo mundial. Hermandad y unión entre los pueblos, la humanidad es una sola. Nuestra patria es la tierra.
No-oposición a la organización. La anarquía esta basada en la organización y la cooperación entre iguales, libre de relaciones de poder opresivas. Estamos opuestos a los tipos de organización basadas en la autoridad y jerarquía o a aquellas que poseen innecesaria reglamentación y subordinación de los individuos o contra las que destruyen la creatividad individual. Estamos implacablemente opuestos a la centralización del poder.
Necesidad de la democracia directa. La decisión de la mayoría debe ser respetada. Lo ideal son las decisiones consensuales, pero cuando el consenso no existe, se necesitan los procedimientos «democráticos». La democracia representativa y parlamentaria es un fraude que separa al gobierno de la gente, controla nuestras vidas y genera apatía entre la civilización. La democracia representativa es la posibilidad de elegir que representante de la clase privilegiada nos va a explotar y reprimir. El poder real de la democracia radica en las manos de la gente creando las decisiones mediante el voto en el lugar de trabajo y las comunidades autogestionadas.
Destrucción del estado. El estado, un gobierno el cual hace de sí mismo una separación desde y sobre la gente es siempre un opresor. Tiene sus propios intereses: su forma natural es la burocracia y el militarismo, la policía y las fuerzas de seguridad son sus armas. El control del Estado es la ilusión que corrompe a todos los revolucionarios. En tanto el estado exista, habrá división de clases. En tanto el estado exista, no seremos libres. El estado y el capitalismo deben ser destruidos y superados simultáneamente.
Fin de la propiedad privada. Libertad sin el significado de su ejercicio, es un fraude. No somos libres de hacer lo que queremos debido a los límites. El monopolio capitalista de los medios de producción y su control sobre la sociedad nos esclaviza como si un revolver estuviera apuntando sobre nuestras cabezas. La verdadera igualdad social necesita el igual acceso a los medios de producción de todos los hombres. Por esta razón los anarquistas son socialistas (lo que no indica que todos los socialistas sean anarquistas).
Necesidad de un cambio revolucionario en la totalidad. Las estructuras capitalistas tales como el estado, la patria, dios, etc., desaparecerán cuando se cree un mundo libre de opresión. Estas mismas estructuras destruyen la libertad, por lo tanto deben desaparecer total y simultáneamente. Como el cambio debe ser radical deben envolver la totalidad del orden existente, no podemos esperar un cambio del estilo reformista dentro de ese orden.
La liberación y la revolución son nuestras actividades, no nuestros fines por lo tanto debemos conseguir la libertad sin métodos autoritarios y con la destrucción del estado.
No-reconocimiento de líderes. Nadie puede tener en sus manos la responsabilidad de nuestras propias vidas, sólo nosotros podemos liberarnos. El único líder que reconocemos es la libertad. Si nadie vive, trabaja o estudia por nosotros, que nadie decida por nosotros.
Buscamos un futuro libre de opresión, con gente viviendo en comunidades y en control de sus propias vidas. Con una sociedad que se gobierne a sí misma a través del trabajo comunitario, la cooperación y la organización conjunta. Creemos en una sociedad donde las decisiones económicas sobre la producción y distribución, las cuales nos afectan a todos, sean tomadas democráticamente sin caer en manos de privilegiados o unos pocos selectos.
El socialismo en libertad. Libres de los destructivos imperativos del capitalismo podremos vivir en armonía con nuestros semejantes, usando la tecnología para nuestro propio provecho y no para el de nuestros patrones y, también, escapar de los tratos de las guerras derivadas de las necesidades del capitalismo y del estado para extender su dominio.
Solamente nosotros construiremos la LIBERTAD.
¡VIVA LA ANARQUÍA!
Desilusión O «Lo Que Nos Dejó El Congreso De Sociología»
Sin considerarnos dueños de la verdad ni jueces de los demás hay cosas que no podemos dejar pasar sin una pequeña discusión. Dentro de este boletín muchas veces hemos planteado que el anarquismo se encuentra en muchos de los tipos de relaciones humanas, de este hecho también podemos desprender que el autoritarismo también se encuentra en muchas de las relaciones humanas, es en lo anterior en lo que queremos detenernos y hacer este pequeño análisis, con respecto a cómo las distintas relaciones sociales autoritarias impuestas por el estado y su séquito de instituciones alienantes y represoras se reproducen en las pequeñas colectividades circunstanciales, incluso, en las que menos esperamos. Hace poco tiempo atrás se desarrollo el congreso de estudiantes de sociología con el nombre de modernidad y globalización, incluso aun se escuchan los ecos de gritos, tocatas y el olor a marihuana y alcohol todavía se siente por los pastos, pero nuestro análisis no se enfoca a los modos que ocupan las personas para divertirse o evadirse, sino más bien como estas personas en pequeños grupos reproducen a la perfección los tipos de relaciones sociales que en noches de borrachera y volada ellos mismos se encargan de destruir en sus diálogos.
Un caso específico es lo que ocurrió una de las noches de carrete en el gimnasio de Amanecer, donde un par de compañeros nuestros se encontraban buscando a una joven que se iba a quedar en su casa, al llegar a la entrada nada era diferente de los típicos carretes de «humanistas»: estaban los típicos guardias improvisados, regularmente dirigentes, y sus amigos a los que les entra la megalomanía del responsable de la actividad, por lo que se creen amos y señores del «carrete», y como en buena fiesta burguesa, se reservan el derecho de admisión. También estaban los típicos borrachines que quieren entrar al carrete y que, obviamente, no son del agrado de los megalómanos. Bueno, la cosa es que uno de estos borrachines era un alumno de sociología que insistía con muchas ansias para entrar, uno de los megalómanos, tratándolo por su nombre, esgrimió razones personales para que el borrachín no entrara, como por ejemplo, en tu casa nadie te quiere, eres malo y pelacables. En pocas palabras eres una lacra. A nuestros compañeros les pareció bastante extraño el tipo de diálogo, pero en fin, son sociólogos, quizás acostumbran a tratarse así. Pero no terminó tan fácil, luego de una amenaza de llamar a Carabineros para que desocuparan la entrada, los megalómanos cayeron en una mejor idea: «Ya que somos los responsables y somos los amos y señores de este mini-mundo de sociólogos, por qué no creamos nuestra propia institución represiva, entonces seremos como el capital, y el loco que llamemos a poner orden será como los Carabineros». Hecho, los megalómanos llamaron a un matón de adentro del carrete y él funcionó como paco, incluso su actuación como el ente represor fue tan buena que, al igual que sus colegas de verdad, se excedió en demasía con el pobre borrachín, sólo le bastaron tres cabezazos en la cara del borrachín para que quede claro que él era la Ley y que los megalómanos podían estar tranquilos. Para nosotros, decepción; para nuestros compañeros que estudian sociología no fue nada nuevo, hace mucho tiempo se dejó atrás la idealización del estudiante humanista, incluso comenzó a quedar atrás cuando los humanistas eran los que estudiaban humanidades, pero eso no significa que uno no se asombre de que la misma gente que es la que hace los análisis mas críticos hacia la sociedad sea también incapaz de ver su rol (y su consecuente práctica) en ella, demostrándose lamentablemente como un número más de los buenos hijos del criticado sistema.
Terminando este análisis queremos decir que aun pensamos que fue un ejercicio de poder brutal y torpe a la vez que reproduce uno de los aspectos más criticados en el plano social: es el fascismo a pequeña escala. Y puede ser que toda la escena comentada haya sido una representación para mostrarle a la gente en chiquitito lo que en nuestra sociedad pasa en grande cotidianamente. Aunque la verdad, no creemos que sea así.
Contra todo autoritarismo y represión, venga de donde venga,
Movimiento Libertario Joaquín Murieta presente
Un Sueño Que Atraviesa La Historia
Cuando se nos ocurre hablar de anarkismo y revolución, lo hacemos pensando en todos aquellos elementos dichos y no dichos, explícitos e implícitos y, por qué no, pensando hasta en aquello que desconocemos absolutamente. Dicho de otro modo, es la reflexión que analiza y evalúa aquello que deducimos del pasado y lo que se ve en el presente, y cómo todo esto nos ayuda en cierto sentido a confeccionar un proyecto de vida mejor, teniendo como referente ideológico un estado óptimo e integral de todos aquellos deseos que tenemos por «el estar mejor que». La utopía, el finalismo ficticio y los paradigmas de los que surgen, deben ser cuestionados en el día a día para evitar las cristalizaciones que no hacen sino conducirnos a dogmatismos neuróticos y débiles, que nos vuelven esclavos de nuestra propia invención. Esto tampoco quiere decir que tengamos que vivir en constante escepticismo (existe también el escepticismo dogmático), ni menos tiene que ver con proponer una vida entregada absolutamente a los avatares de la diosa fortuna, ni los vaivenes del destino. Pues aquel que cree en la nada absoluta, o que se rinde a un absoluto «término del sin sentido de la vida», ha de vagar en vida como pululan los muertos vivientes; como un espíritu decadente y abúlico, que deja tras de sí el hediondo rastro del pesimismo; el espíritu derrotado.
Cuando se nos ha ocurrido hablar de anarkismo y revolución, estamos pensando en por qué el anarkismo se ha rendido a una prueba de solidez en el tiempo y consigue ser el único sistema de ideas que mantiene vivo el concepto de utopía, el discurso reivindicativo de la libertad y la dignidad, el sueño de la realización humana en plenitud. ¿Y es que acaso no será que, de algún modo, el escepticismo del ácrata lo hace más ágil ante las capciosas exigencias de la esquiva realidad? Y es que el mismo marxismo, fue congelado sobre todo por los mismos marxistas, los más ortodoxos y, por ende, no alcanzó a dar respuestas a las preguntas planteadas y surgidas de las realidades sociales en constante movimiento. Tal vez por ello es que muchos de ellos «maduraron y se volvieron socialdemócratas» (una corriente pequeño-burguesa, ¿no?).
Frente a esto, ¿dónde radica la fuerza del anarkismo, entonces? ¿En su escepticismo? No creo. Más bien, en su convicción. ¡Pero cómo! -se preguntarán algunos-. ¡¿No que el anarkismo era escéptico?!... Sí, y aunque se plantea como una paradoja (¿una dialéctica sin resolver, quizás?), el anarkismo revolucionario se nutre de esta pareja: el escepticismo y la convicción. Como ya hemos hablado de escepticismo hablaremos de convicción. Y hablaremos de convicción como la necesidad de mantener, ante todo, la confianza de que, a pesar de lo complicado que pueda resultar una situación, el hecho de saber que se está vivo y de que hay compañeros ya es un punto importante a nuestro favor. Y lo otro importante a mencionar en esto de la convicción es saber que no existe raciocinio, ni ningún sistema de cálculo o pronóstico que nos asegure resultados óptimos de aquello que nos propusimos llevar a cabo, pero, aun así, no queda otra que aventurarse en ello, jugársela, pues de lo contrario estaremos destinados a convertirnos en muertos vivientes.
Estas cuestiones, que presentamos brevemente, sirven para discutir aspectos del cotidianos vivir del revolucionario. En ningún caso puede ser mencionado como «paja teórica», pues una práctica sin reflexión no tiene relevancia ni alcances para considerarla seriamente. Si fuese así, queda preguntarnos entonces por qué chucha una barricada, una comunidad autogestionaria, un colectivo, etc. (insistimos, por qué no nos llevan de una a la tan anhelada sociedad sin clases). Estas reflexiones son para ir calibrando las frecuencias en las que estamos transmitiendo y entendiendo esos conceptos tan amplios y tan difusos como lo son la revolución y el anarkismo.
SALUD Y ACRACIA.
Los Nuevos Tiempos Que Se Están Avecindando
La necesidad de expresarnos es permanente, tanto como la necesidad que tienen los estamentos dominantes de acallarnos o de tergiversar nuestras expresiones.
Sin lugar a dudas, algunos han avanzado un poco más que el resto de nosotros; por nuestra parta, como colectivo, estamos manteniendo una unión grupal que puede ser nuestra única salida para poder dar los necesarios saltos que requiere nuestro tiempo.
Nuestro tiempo es una época parecida a la del renacimiento, se dice. Es una época parecida a la de las revoluciones patrióticas y emancipatorias que formaron a la mayoría de los Estado-nación que hoy conocemos. Es un tiempo de crisis.
La crisis se presenta en forma de grietas en el cascarón. Un cascarón que ha estado gestando en su interior todo un mundo de actividad física, intelectual y espiritual.
El principal componente de este cascarón comenzó su agotamiento desde hace mucho. Es indeterminado el tiempo en que una expresión aparece y se agota. Pero podemos atisbar en cierto modo a señalar algún hito relevante que anuncia la llegada de este estilo de pensamiento.
En nuestro caso, la historia del paradigma modernista, que tuvo en la obra de Descartes una de sus más notables expresiones, marca, en cierto modo, el inicio de ese elemento que hoy ya se ha agotado para unos, para otros no tanto, y sigue vigente para una inmensa cantidad de gente que todavía no accede a la información relevante culturalmente.
El racionalismo occidental y sus disciplinas, y quienes la han desarrollado, han hecho sus aportes, ya sean estos más beneficiosos o perjudiciales según la forma y las consecuencias en que estos llegaron a su entorno. Así, el deber kantiano fue el peso gravitante y servil para la gran mayoría de los explotados y uno de los argumentos de la tiranía explotadora. Y la lucha de clases por el control de los recursos estratégicos, la gran tesis de Marx, fue para algunos el surgimiento de una potente verdad que los impulsó en busca de su dignidad y libertad, pero para otros fue sencillamente un recurso demagógico para engañar al pueblo y, además, un aspecto a considerar en sus estrategias para la dominación.
Todos los cálculos científicos han fallado. Tanto es sus tentativas totalitaristas perfectas o en sus ejecuciones ideológicas puristas. La paz no es definitivamente la cristalización utópica de ningún sistema. Las superestructuras y los proyectos son sólo referentes y cálculos aproximados de lo que se podría lograr. Pero la naturaleza y la humanidad son impredecibles, por lo menos hasta cierto punto.
Y mientras el huevo iba cerrando su cascarón, las sustancias llenas de energías, agitándose, producían las nuevas ideas, las ideas-fuerza de Gramsci, el conocimiento comprimido que, con su presión, ha de agrietar cada vez más las paredes de este huevo, que ya endureció, y que ya empezó a ceder.
Aun el gran capital, el Estado y todos los poderes fácticos que conocemos, tratan de amarrar, de parchar el cascarón del huevo. Y no crean que lo hacen para evitarlo. Ellos saben mejor que nadie, incluso tal vez mejor que nosotros, que este cascarón no durará mucho y que la necesidad de formar otro cascarón está, y pretenden que la estructura profunda de esta historia, historia de clases y de destrucción de la naturaleza siga siendo regulada por ellos.
Depende de nuestra convicción el que esto no sea así, pues si nos mandan y nos siguen mandando es porque, de alguna manera, nosotros se los permitimos.
A nuestra redacción llegó el siguiente documento, el que consideramos importante difundirlo, teniendo en cuenta que la represión se está desarrollando de manera muy intensa en nuestra región. Éste es el primer caso publicado, pero debido a la seguidilla de encuentros con más sapos en las manifestaciones sociales es probable que sigamos recibiendo y publicando más información.
Carta Abierta De Advertencia
«¿Recuerdas la noticia aparecida hace unos meses atrás, el 16 de Junio de 2002, en El Diario Austral? En los titulares se anunciaba que jóvenes universitarios de Angol y Temuco estarían llamando abiertamente a la violencia presentando manuales de instrucción guerrillera en un sitio publicado en Internet. Estos jóvenes se agruparían bajo el nombre de Arkabuz.»
«Si revisaste ese sitio, te habrás sorprendido de la violencia con que declaraban sus principios, pero al mismo tiempo, era una violencia sin reparos en principios valóricos o códigos ideológicos.»
«Quienes militamos en organizaciones de izquierda sabemos que la violencia tan visceral no tiene sentido y no es justificable porque sí, ya que existen principios que deben guiarla.»
«Paralelamente, son muchos los que han visto a encapuchados en cooperativas y cordiales relaciones con Carabineros, encapuchados conocidos como sapos.»
«Ése es el motivo de esta carta. Llamamos a todos los compañeros de izquierda a tener el máximo cuidado posible en todas sus actividades. La foto que presentamos aquí corresponde a Iván, sapo de la Comisión Civil de Carabineros, moreno, viste de negro y usa pañuelo palestino rojo. La dirección del sitio que fabricó este montaje es http://www3.gratisweb.com/arkabuz.»
«Al mismo tiempo, denunciamos a medios como El Diario Austral, La Tercera, El Gong y muchos otros que dañan la imagen de todos los estudiantes universitarios, especialmente a quienes participan en organizaciones sociales que trabajan al interior de cada universidad.»
«Contra la represión reaccionaria, inteligencia revolucionaria.»
«Protejámonos del montaje, que esta acción sea sólo la primera.»
http://montaje.s5.com
noalmontaje@yahoo.com.mx
Cancionero: «A Las Barricadas»
Himno De La CNT
Negras tormentas agitan los aires
Nubes oscuras nos impiden ver
Aunque nos espere el dolor y la muerte
Contra el enemigo nos llama el deber
El bien más preciado es la libertad
Luchemos por ella con fe y valor
Alza la bandera revolucionaria
Que llevará al pueblo hacia la emancipación
En pie el pueblo obrero, a la batalla
Hay que derrotar a la reacción
A las barricadas, a las barricadas
Por el triunfo de la Confederación
Un Encapuchado Rebelde No Lo Es Por Gusto