Nuestra Política para construir un PRESENTE y un FUTURO con

TRABAJO, DINGIDAD Y CAMBIO SOCIAL

Nuestro objetivo, el cambio social

La construcción del Poder Popular    

Autonomía, democracia de base, formación    

Los valores de igualdad y solidaridad

Contra la explotación del hombre, contra el capitalismo. Somos nuestra historia    

El Frente Popular Darío Santillán


Nuestro Objetivo: El Cambio Social

 

Cuando decimos Cambio Social, queremos decir: construir un presente y un futuro con Trabajo, Dignidad, Justicia e Igualdad. Cambiar la sociedad requiere de dos tareas que van de la mano:

 

Cambiar el sistema capitalista:

El sistema en el que vivimos está basado en el individualismo y la ganancia de unos pocos; tenemos que construir una sociedad basada en la solidaridad y la igualdad. Queremos que toda la sociedad cambie, porque mientras el sistema económico y social esté organizado por los capitalistas, éstos van a buscar mantenerse en el poder por todos los medios: el engaño, las leyes o la represión. Estos poderosos no quieren que se organice una sociedad igualitaria, porque se les acaban sus privilegios. Por eso hace falta un cambio revolucionario que reparta las ganancias de los grandes campos y las grandes empresas para que nadie pase hambre o le falte trabajo.

 

Cambiar nuestras relaciones de todos los días

Para que esa sociedad más justa sea posible, tenemos que empezar a practicarla desde ahora. Todos los días organizando nuestro trabajo, nuestras actitudes, nuestras relaciones, con igualdad. La tele, la iglesia, la escuela, nos dicen todo el tiempo que tenemos que buscar la salida individual, y entonces nos peleamos con el que tenemos al lado, nos acostumbramos a obedecer al que tiene poder, no nos respetamos ni siquiera a nosotros mismos… Pero nuestra experiencia nos dice que tenemos que estar unidos y luchar. Tenemos que cambiar los valores negativos que arrastramos (el egoísmo, la indiferencia, la ventaja sobre el compañero, la violencia familiar) en nuestras casas, nuestro barrio, nuestra organización, y construir la solidaridad, la dignidad, la igualdad todos los días. El cambio social empieza por casa, y ahora.

 

[arriba]


Construcción de Poder Popular

 

Cuando nos hablan de "El Poder", pensamos en seguida en los políticos, los gobiernos o los grandes empresarios… Pero el poder popular es lo contrario a eso: es la capacidad para conseguir los cambios que necesitamos como pueblo. Construir poder popular es cambiar las relaciones humanas, sociales y políticas, conquistar mejores condiciones de vida, que crezca la organización, la lucha y la conciencia del pueblo.

Por eso decimos que el poder es una relación social: cuanto mayor es la fuerza del pueblo, menor es la fuerza de los poderosos. Y sin ese poder en manos del pueblo, no podremos hacer los cambios sociales para que haya justicia e igualdad. Por eso es importante que cada vez seamos más y estemos mejor organizados, para poder luchar mejor.

 

 

El poder popular se construye en las bases, desde abajo, a partir de la participación de todos en los barrios, lugares de trabajo, y en el movimiento.

El cambio revolucionario que transforme de raíz a esta sociedad injusta, será un paso más en la construcción del poder popular. Un paso importante, ya que sólo podremos garantizar definitivamente ese cambio cuando todo el pueblo esté en condiciones de disputar el poder y evitar que las minorías privilegiadas sigan imponiendo su opresión.

 

Porque creemos que el poder es una relación social, buscamos cambiar la correlación de fuerzas, es decir inclinar la balanza social a favor de los intereses del pueblo, luchando por nuestros derechos de todos los días y participando en los momentos políticos que son importantes para el avance de la conciencia popular.

 

Porque creemos que el poder es una relación social, buscamos cambiar la correlación de fuerzas, es decir inclinar la balanza social a favor de los intereses del pueblo, luchando por nuestros derechos de todos los días y participando en los momentos políticos que son importantes para el avance de la conciencia popular.

[arriba]


Autonomía - Democracia de base - Formación

 

Autonomía es la capacidad que tengamos para organizarnos y "dirigirnos" por nosotros mismos. Cuando decimos "nosotros", hablamos de nosotros como clase trabajadora, como pueblo, y no como cada grupo pequeño.

 

Nuestros movimientos son independientes del Estado y sus instituciones, los partidos políticos y la iglesia. Rechazamos la subordinación de las organizaciones populares a cualquier superestructura. "Superestructura" es una forma organizativa que se pone por encima y por afuera de los grupos de base, y pretende conducirlos. Deben ser las propias organizaciones de base las que tomen las decisiones, en forma democrática.

 

Como queremos que las decisiones se tomen en las bases, para nosotros la lucha política es inseparable de la lucha por nuestros derechos: "lo político" y "lo social" van de la mano. Que haya necesidades sociales, es una decisión política de los que gobiernan. Entonces, las luchas populares, también se tienen que convertir en luchas políticas, pero de una política que tenemos que generar los mismos trabajadores y el pueblo.

Decimos que nuestra lucha por el Cambio Social y nuestra Autonomía, tiene tres "patas": la lucha en las calles, el trabajo igualitario y la formación o educación popular.

 

La lucha en las calles

 

Los piquetes, las movilizaciones y acampes, son una parte fundamental de nuestras organizaciones. Porque a través de la lucha conseguimos los alimentos para nuestros comedores, subsidios y herramientas para los proyectos productivos, y otras demandas de carácter político (como la libertad de compañeros presos, o el repudio a la Deuda Externa). Pero también porque en la lucha nos conocemos con nuestros compañeros. Además luchando podemos distinguir mejor a quienes nos apoyan y a quienes tratan de reprimirnos (como la tele y la radio). La lucha alimenta nuestra conciencia, así como las cocinas de nuestros comedores alimentan nuestro cuerpo.

 

El trabajo igualitario

 

Nuestro trabajo en el MTD es popular y solidario. El objetivo es satisfacer nuestras necesidades y mejorar la calidad de vida de todos. Por eso nuestra producción es contraria al capitalismo, que sólo busca la acumulación de riquezas que quedan en manos de unos pocos. Como no tenemos patrones y todos tenemos los mismos derechos, decimos que nuestro trabajo es libre y compartido. Así nace el afecto, la solidaridad y el compañerismo. Apostamos a los beneficios colectivos y no a salidas individuales.

La autogestión económica es necesaria para no depender de nadie, para ser nosotros los que decidamos sobre todos los aspectos de nuestra vida y nuestro movimiento. Para eso tenemos que ser independientes también en lo económico.

 

La formación y educación popular

 

La formación es un elemento importantísimo para la construcción del Cambio Social. Nos formamos en la lucha, en el trabajo libre y compartido, en la participación en las asambleas y reuniones de áreas, y a través de los talleres de formación.

Para decidir por nosotros mismos tenemos que estar informados y formarnos, entre todos. Porque cuantos más seamos los que luchamos y pensamos, más certezas y poder construimos. Por eso la formación se convierte en herramienta de lucha: cada vez nos volvemos más capaces para entender la realidad.

Utilizamos la Educación Popular, que facilita la participación de todos. Se trata de mejorar como militantes y como personas, de desarrollar y multiplicar los valores solidarios, nuevas formas de relacionarnos que derroten un poquito cada día los valores y las ideas del sistema. En la educación popular partimos de estas premisas :

 

Sólo el pueblo puede cambiar esta realidad.

Nadie sabe todo y no hay nadie que no sepa nada.

El que lucha ya sabe, pero el que reflexiona sobre sus luchas, lucha mejor.

 

La democracia de base

 

Cuando decimos "democracia de base" hablamos de horizontalidad, porque rechazamos formas jerárquicas: todos somos compañeros, pares, donde ninguno está por encima del otro. Sin embargo, cuanto más crecemos en cantidad de integrantes y también geográficamente, nuestros movimientos se llenan de tareas, áreas de trabajo y responsabilidades, que poco se parecen a una línea horizontal.

 

En las primeras asambleas barriales éramos pocos, y pudimos organizarnos para tomar todas las decisiones entre todos, cada semana. Pero, ¿cómo hacer cuando el movimiento integra a varios centenares de compañeros, y crece en distintos barrios donde cada uno tiene su asamblea? ¿cómo hacer si cada MTD debe articularse, además, con lo que deciden otros miles en una veintena de movimientos de base distintos?

 

Superamos esos problemas con organización. Sin definir estructuras jerárquicas, manteniendo la soberanía de las asambleas de base, pero también creando áreas de trabajo específicas, y delegando responsabilidades puntuales a compañeros. Para que el funcionamiento sea democrático, los compañeros que cumplan esas tareas deben ser elegidos y tener el mandato de la asamblea. También es importante que esos roles sean rotativos y revocables. Si tendríamos que dibujar nuestra organización haríamos una pirámide invertida, donde arriba están las asambleas de base, y para abajo se estructuran los grupos y áreas de trabajo y las tareas que se delegan. "Nuestro único dirigente es la asamblea", decimos, y a los compañeros que les toca el rol de hablar o "representar" en determinados lugares al movimiento, los llamamos "voceros" o "referentes".

 

Esta idea nos permite superar el "basismo" que frenaría nuestras luchas en cada pequeña realidad. Hay reuniones de coordinación que tienen que ser "ágiles" para llegar a una síntesis: por eso nuestros delegados que participan de esos ámbitos respetan los mandatos de base, a la vez que hacen el mayor esfuerzo por "flexibilizar" las posturas propias en busca de un acuerdo común.

 

Por eso entendemos la democracia de base como inseparable de la formación y la educación popular, y como proyección a futuro: al igual que pasa con otros valores necesarios para el Cambio Social, la democracia de base sólo se concretará si la ponemos en práctica desde ahora.

 

[arriba]


Los Valores de Igualdad y Solidaridad

 

Buscamos que nuestras mujeres y nuestros hombres sean cada día más libres, dignos y generosos. Esta es una pelea difícil y a contramano de los valores dominantes. Pero la idea de ir forjando cada día la sociedad que queremos nos impulsa a luchar con más fuerza por los cambios revolucionarios que necesitamos para construir un país solidario y una humanidad con esperanza.

 

En un material de formación de base del MTD, planteamos estas definiciones:

 

La solidaridad es ver la necesidad del otro como si fuera propia, sentirse bien ayudando a los demás, y cosechando la ayuda de los compañeros cuando la necesitamos.

 

El compromiso es sentirnos protagonistas, entre todos, a la hora de resolver los problemas de todos. No tener una actitud pasiva mientras haya necesidades e injusticias. Sentirnos bien sabiendo que aportamos nuestro granito de arena.

 

La honestidad: cualquier ventaja individual que saquemos de un beneficio común, es un daño a quienes tenemos al lado. Ser honestos es, sobre todo, ser justos con nuestros compañeros y no sacar ventajas.

La alegría: el trabajo comunitario y la asamblea generan un clima de compañerismo, amistad y alegría. Aleja la competencia y la especulación, y nos hace sentir útiles en lo que hacemos, si todos aportamos parejo.

 

La libertad: en el movimiento intentamos construir espacios que rompan con la dominación. La libertad no la entendemos en forma individualista: "nadie libera a nadie, nadie se libera solo. Todos nos liberamos en comunidad".

 

Otros compañeros agregan:

El respeto a las diferencias: en nuestros movimientos, la palabra "compañeros" nos hermana a todos, más allá de las opciones religiosas, sexuales, culturales, de edad o nacionalidad.

 

La defensa de los recursos naturales y el medioambiente: cuando la ambición desmedida del capitalismo amenaza la propia supervivencia del planeta, el acercamiento a los movimientos campesinos y los pueblos originarios nos enseñó a respetar y luchar también por estos valores.

 

[arriba]


Contra la explotación del hombre, contra el Imperialismo.

Somos Nuestra Historia

 

 

Contra la explotación del hombre por el hombre y la opresión de los pueblos

 

A la vez que rechazamos al capitalismo como sistema económico, cuestionamos a esta democracia «mentirosa» donde «el pueblo no gobierna ni delibera», ni siquiera «a través de sus representantes», como dice la constitución. Los políticos, representan sus propios intereses o los del poder. En esta democracia, la riqueza de unos pocos está por encima del derecho a la vida y la justicia. Para mantener el sistema, los poderosos recurren a las leyes o la represión. Por eso, mientras ponemos en práctica los más amplios métodos democráticos en nuestras organizaciones, cuestionamos esta "democracia" que le garantiza voz y poder de decisión sólo a los grandes grupos económicos y los periodistas que trabajan para ellos, mientras se ignoran o reprimen las verdaderas expresiones del pueblo humilde y trabajador que reclamamos justicia.

 

El imperialismo es la dominación que ejercen las potencias opresoras sobre los pueblos oprimidos. Tiene la misma lógica del capitalismo, pero a escala mundial: con «marines» o planes del FMI, la destrucción que propone el imperialismo para Latinoamérica ya está penetrando bajo el nombre de «Acuerdo de Libre Comercio para las Américas (ALCA)». El ALCA es la nueva herramienta de los yanquis para extender su dominio económico y político-militar en nuestro continente. Repudiamos estos planes, y tampoco confiamos en un MERCOSUR que se limita a ser una alianza económica de las grandes empresas de nuestros países, tan explotadoras como las trasnacionales. Creemos que no serán los empresarios y los gobiernos quienes pongan freno al imperialismo. Deberemos ser los movimientos y organizaciones populares, independientes de los Estados y los grupos económicos, quienes nos juntemos para organizar las luchas y la oposición regional al ALCA y romper la subordinación a los EE.UU., sus organismos internacionales y sus empresas.

 

Deseamos que cada lucha en cualquier parte del mundo encuentre a las organizaciones que sentimos hermanas, impulsando con criterio común, la solución de los problemas más urgentes de los explotados: la distribución de la tierra, el hambre, la desocupación y la represión. Por eso reafirmamos la idea de Soberanía de los pueblos, y los procesos de liberación, más allá de las fronteras, como principal factor de resistencia y alternativa a la barbarie del capitalismo globalizado e imperial.

 

Somos parte de Nuestra Historia

 

Nuestras ideas surgen, principalmente, de nuestra práctica y nuestra reflexión. Pero éstas también se nutren de las luchas de los trabajadores y los pueblos oprimidos, a lo largo del mundo y de la historia.

 

Las ideas de autonomía, democracia de base y poder popular, a veces con distintos nombres, fueron parte de las más ricas experiencias de lucha que nos precedieron.

En todos estos años acompañamos el proceso autocrítico sobre las limitaciones de las experiencias populares y revolucionarias que fueron derrotadas en las ultimas décadas, y nuestra práctica surge también como búsqueda de los caminos que eviten reincidir en los mismos errores.

 

No somos tan soberbios como para desconocer la experiencia histórica acumulada. Criticamos las equivocaciones que hubo en otras experiencias, y buscamos no repetir los errores. También reivindicamos, incluso de aquellas experiencias que fracasaron, las enseñanzas políticas y el gran caudal de heroísmo colectivo, extrema solidaridad y entrega por el prójimo que expresaron generaciones enteras, con tanta fuerza y convicción, que el ejemplo aún alumbra y motiva nuestras prácticas.

 

[arriba]


Sumar Fuerzas, crecer, construir poder popular:

El Frente Popular DARíO SANTILLÁN

 

Nosotros pensamos que es necesaria la unidad del pueblo si queremos tener éxito en nuestras luchas. No nos referimos a las consignas huecas que buscan encolumnar a "los trabajadores", "el pueblo", tras liderazgos y proyectos que nos resultan ajenos y no responden a nuestros intereses. Hay fuerzas políticas que, en nombre de la "unidad", proponen acciones y alianzas que poco aportan y poco consideran los deseos populares. Por eso vemos que las mejores y más sólidas experiencias de unidad surgieron de procesos concretos de unidad para luchas concretas, tras intereses comunes.

 

El FRENTE: Una herramienta de lucha para nosotros, y para todos los sectores populares

 

Si nos fijamos bien, el nombre del Frente Popular Darío Santillán, no hace referencia específica a nuestra situación de Desocupados. Si bien surge por la unidad de distintos grupos piqueteros, no quisimos ponerle un nombre sólo para los piqueteros.

Porque si decimos que TODO el pueblo tiene que organizarse y luchar, ¿por qué no construir entonces una herramienta de lucha que de lugar a los distintos sectores sociales?

Muchos vecinos, trabajadores ocupados, estudiantes, campesinos o pequeños productores, se han acercado solidariamente a nuestras luchas, y están luchando también. La propuesta del Frente Popular Darío Santillán, entonces, es que nos agrupemos, para construir y luchar juntos.

El nombre que proponemos para el Frente, tampoco es casual: recuperamos la figura de Darío, para elevar como principios inclaudicables los valores de solidaridad, compromiso, combatividad ante las injusticias, creatividad y alegría... Proyectamos así la sociedad que queremos transformar, y la dimensión humana que apostamos a construir.

 

Más allá de nuestro Frente: la coordinación

 

En una situación política de mucha dispersión en el campo popular, donde la actitud de quedarse "mirándose el ombligo" muchas veces resultó una traba para mayores niveles de lucha, valoramos la experiencia creativa de unidad que significa el Frente Darío Santillán. Y buscaremos, en los próximos tiempos, que crezca y se amplíe.

 

Sin embargo, tampoco alcanzará sólo con nuestra fuerza para cambiar la sociedad.

También reconocemos como compañeros de lucha a sectores del pueblo que eligen otras formas organizativas o definiciones políticas, otros caminos a transitar, muchas veces tras los mismos objetivos de transformación que aquí sostenemos. Por eso también le damos importancia a la coordinación.

Con otros movimientos y organizaciones de desocupados mantenemos diferencias, pero podemos coincidir puntualmente en la exigencia de más planes de empleo, aumento de los salarios y contra la represión. Con organizaciones de derechos humanos coincidimos en denuncias y actividades por el repudio a la impunidad. Con los trabajadores ocupados coincidimos en la reivindicación del trabajo digno y bajo control obrero, la lucha por aumentos de salarios y mejoras en las condiciones de trabajo. Con los trabajadores de la salud, en la defensa del Hospital público y una buena atención médica para todos. Con organizaciones sociales y políticas coincidimos en las jornadas del 19 y 20 de diciembre del 2001, y en otras luchas en común. Con organizaciones populares de todo el mundo hemos coincidido en el repudio a la guerra imperialista, en la lucha contra el hambre y por la preservación del planeta.

 

[arriba]