| Asunción de Tabaré
Vásquez: Montevideo Uruguay - Martes 1ero de marzo
2005
Ya no es más los blancos contra los colorados... por primera vez en la historia de Uruguay asume un partido de izquierda.
No se sabe todavía si Tabaré Vazquez, el candidato del Encuentro Progresista-Frente Amplio que asumió ayer como presidente tiene más de Lagos que de Chávez o más de Lula que de Kirchner aunque por ahora nadie se lo pregunta porque todavía no son tiempos de duda justamente sino momentos de fiesta.
En la ceremonia de investidura que convirtió a Montevideo en una pasarela de celebridades políticas solo faltó Fidel Castro, escusado de participar de la toma de mando por cuestiones médicas. El lider cubano era sin embargo el más esperado de los invitados, estrella si las hay de esa linea política que ya se está haciendo mayoría en américa latina.
Con más del 50 porciento de los votos, el gobierno del EP FA será el único del continente a tener dominio en el congreso: las dos cámaras presididas por mienbros del partido, y no de los menores: José Mújica y Nora Castro, ambos militantes tupamaros en el pasado, hoy algo sorprendido en dirigir asambleas que hasta no hace tanto los llevaron hasta la cárcel.
El estilo de "Tabaré" como le dicen todos en Uruguay no tiene nada sin embargo de subversivo. El que fue hasta ahora alcalde de la capital, nombró como ministro de economía y finanzas a Danilo Astori, el preferido del Fondo monetario y del banco mundial. Con Astori en el gabinete, promesa de campaña al electorado conservador y a los inversionistas extranjeros, el pequeño país rioplatense quiere dar fe de su estabilidad, fiel a su tradición de nación razonable y pausada, hermana menor del Brasil e Argentina, ahora socia estratégica e indispensable del Mercosur.
Más que esperanzado, el pueblo uruguayo está eufórico y parece dispuesto a darle al presidente y su gabinete el apoyo para un cambio de fondo. Como en la mayoría de los paises sudamericanos y en linea general del mundo entero, el descreimiento hacia los politicos llevó a un oncólogo a presidente de un pais que ayer se dio el gusto de salir del anonimato. Discreto y hasta secreto como dice Eduardo Galeano, el pais recibió los príncipes de Asturias y personajes del chimento en un clíma de revolución social. Como para ubicarse de lleno en ese eje de paises que al menos desde la retórica cuestionan un orden mundial desequilibrado y manejado por intereses económicos, el Uruguay quiere dejar de ser "la suiza de latinomerica" y convertirse ya en una protagonista de esa primavera





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