"No tengo más remedio que apelar a mi imaginación"
Tus rulos que caen,
tu mirada perdida en una respuesta infinita,
la inteligencia que deslumbra...
en cada instante
la gente que escucha con atención
tus suspicacias
Esas manos inquietas
Que todo lo quieren decir...
Cualquiera pensaría que esto pertenece a algún tango de antaño, pero es sólo una rápida descripción de un clásico en la cultura argentina, Alejandro Dolina quien es reconocido a nivel nacional más que nada por su público que lo apremia cada noche con tan sólo escucharlo en su programa radial, es una persona que rescata los valores básicos de la vida, le da un hincapié interesante a la literatura, y en cada presentación logra sucumbir con diferentes historias como las que creó para su libro "Bar del infierno", donde se habla de amores imposibles, de un destino extraviado por encrucijadas y lo que es más relevante que de dicho bar no se puede salir y no por la falta de puertas ni por la disposición caprichosa de sus instalaciones, sino porque no hay otra cosa que el bar, el afuera no existe y la particularidad es que lo malo del infierno es que nunca termina.
En este libro lo teatral se convierte en literario, siendo un libro áspero y amargo.
Las palabras tienen un tramado que remonta a las "Mil y una noches", en el sentido que son muchas historias y las anécdotas relatadas despiertan el interés de quien las lee.
La risa es su recurso
Si bien es un libro melancólico, amargo trabaja sobre la idea de la risa y la esperanza puesta en el amor. La risa es un recurso del narrador y es una de las formas de escaparse del bar .
No hay que dejar de resaltar que el último cuento es el más esperanzado, y como dice Dolina "aunque nos toque sufrir, es mejor eso a no haber tenido ning?n amor".
Caprichosa puede resultar la forma de hablar de Dolina, el Negro como muchos lo llaman, caprichosa es una palabra que nunca falta en su discurso, pero no es caprichosa la manera de contestar a cada pregunta, logra sucumbir con cada comentario, del cual se desmenuzan mil ideas y todas con una lógica increíble.
Sin embargo no dudo en preguntarle una y otra vez las interminables dudas que surgen de escucharlo, como así también no puedo evitar adquirir las interesantes respuestas que este músico, quien estudió letras e historia revela en cada inquietud que a uno se le presenta.
La literatura es el instrumento de sus emociones y a modo de broma dice que nunca le sucedió nada relevante entonces para escribir no tiene más remedio que apelar a su imaginación.
En la trama del libro aparecen fantasmas y Alejandro cuenta que el fantasma que aparece en su vida siempre es "la muerte" la cual se presenta de mil maneras y las formas en que siempre se ve es bajo la del desamor y la soledad.
El amor es algo muy inquietante y muy recurrente en el diálogo de este escritor y afirma que si creemos en el amor eso es el amor, "sentirse amado es creer en el amor, mientras yo me lo crea está fenómeno".
Difícil separar a aquel hombre sencillo de ese personaje que crea cada noche para no dormir en la soledad, es un hombre que le busca el sentido al más mínimo detalle en una sociedad que parece haber dejado de valorar este tipo de cultura.
Dolina le da una gran importancia a las palabras y reconoce que :"Las mismas palabras que usamos son en realidad más poderosas de lo que pensamos y se hace necesario ir a buscar las palabras o más aún los pensamientos. Entonces es allí cuando se mezcla el pensamiento con las palabras".
Tampoco se puede dejar de lado que una de las inquietudes que aparecen en su discurso es el destino y ante la pregunta si el destino lo dirigimos nosotros o ya lo tenemos determinado, con sus manos inquietas y una mirada atenta al infinito afirma que "los detalles de la vida están en nuestras manos".